"Un escritor que estaba en su casa de la playa terminando su última obra, todas las mañanas muy temprano salía a pasear por la costa unos minutos antes de empezar su trabajo.
Una mañana, observó a la distancia un joven que parecía estar bailando... corría hacia el mar, levantaba sus brazos, daba la vuelta y volvía a repetir el movimiento una y otra vez.
Lentamente el escritor se fue acercando al joven hasta que, al aproximarse vió que en realidad estaba recogiendo algo de la arena y que luego se acercaba al agua para tirarlo mar adentro.
Ya más cerca, vio que el joven tomaba estrellas de mar que habían quedado en la arena al bajar la marea y corría hasta el agua para arrojarlas tan lejos como podía mar adentro.
Al llegar a su lado, el escritor le preguntó:
- Buen Día, qué estás haciendo?
- Salvo estrellas de mar que arrojó la marea anoche, antes que el sol las deshidrate y mueran; contestó el joven sin abandonar su empeño.
- Pero eso no tiene sentido, le dijo el escritor, en estos momentos debe haber miles o millones de estrellas que quedaron fuera del agua y jamás podrás salvarlas a todas.
El joven se detuvo sólo un instante, miró la estrella que llevaba en la mano giró y con su movimiento parecido a un baile, la arrojó al mar y luego mirando al escritor a los ojos, le dijo:
- Para esa estrella, sí tuvo sentido.
Y continúo febrilmente con su tarea.
El escritor movió su cabeza, completó su caminata y se sentó a continuar su trabajo.
Sin embargo, algo lo incomodaba y daba vueltas en su cabeza.
"- Para esa estrella , sí tuvo sentido." era la frase que lo inquietaba.
Finalmente lo comprendió... aún un pequeño cambio que aparentemente en nada afecta los resultados, al final siempre es valioso para quién se beneficia de él.
Para esa estrella, era muy valioso ser rescatada.
A la mañana siguiente muy temprano, un caminante ocasional advirtió con asombro, que dos personas; una mayor y otra más joven, parecían bailar junto a la playa... corrían hacia el mar, levantaban sus brazos, daban la vuelta y volvían a repetir el movimiento una y otra vez. (Autor desconocido)
...Maestro...nunca olvides que el liderazgo se modela, tus alumnos no seguirán lo que dices, sino lo que haces.
¿No será hora de que empieces a buscar tus propias estrellas de mar?
A veces,no vemos más allá de nuestros propios paradigmas.
Quiza lo que hagas no tenga sentido para otros, pero sabes que para ti y esa estrella lo tiene...
Vivo para servir y sirvo para vivir...
La historia me parece muy inspiradora, a veces como docentes aun los que tienen vocación pierden su norte ante tantas cosas que se ven. A mi en particular me facina ser profesora pero como dije muchas veces pierdo la direccion ya sea porque siento que con los niños no he avanzado nada o cuando veo que los algunos padres poco hacen por sus niños. Pero historias como esta hace que reetome otra vez las ganas para seguir y salvar por lo menos a una estrella de mar y quisiera desear que a la vez yo sea esa estrella a quien salvo
ResponderEliminarMe encantó... gracias!
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