miércoles, 17 de marzo de 2010
EL APRENDIZAJE
La enseñanza es la actividad que dirige el aprendizaje.
Para enseñar bien, necesitamos, como profesores, tener primero una noción clara y exacta de lo que es realmente “aprender” y “enseñar”, pues existe una relación directa y necesaria, no sólo teórica, sino práctica, entre esos dos conceptos básicos de la didáctica.
En los siglos pasados predominaba la noción simplista y errónea de que “aprender era memorizar”, hasta que el alumno pudiera repetir las mismas palabras de los textos del compendio o las palabras del profesor. A partir del siglo XVII predominó la fórmula de Comenio, intelectus, memoria et usus: primero, la comprensión reflexiva; después, la memorización de lo comprendido; por fin, la aplicación de lo que ya fue comprendido y memorizado.
En la época actual, se ha comprobado que la mera explicación verbal del profesor no es tan esencial e indispensable para que los alumnos aprendan; sirve sólo para iniciar el aprendizaje, pero no para integrarlo y llevarlo a buen término.
El proceso de aprendizaje de los alumnos, cuyos planes, dirección y control caben al profesor, es bastante complejo. Podemos “aprehender” súbitamente un hecho, una consecuencia o una información aislados. Pero el aprendizaje definitivo de un conjunto sistemático de contenidos, implícitos en una asignatura, es un proceso de asimilación lento, gradual y complejo. Sintetizando y esquematizando para examinarlo, podemos discernir en este proceso etapas bien definidas. En todo aprendizaje sistemático, quien lo recibe:
a) pasa de un estado de sincretismo inicial, en el que abundan vagas nociones confusas y erróneas a…
b) una fase de enfoque analítico, en que cada parte del todo es, a su vez, examinada e investigada en sus pormenores y particularidades; algunos psicólogos y pedagogos llaman a esta fase “diferenciación”, “discrimiación” o simplemente “análisis”. c) sigue una fase de síntesis integradora; relagando los pormenores a segundo plano, se afirman las perspectivas de lo esencial, de las relaciones y de la importancia de los principios, datos y hechos ya analizados, integrándolos en un todo coherente y vitalmente significativo. Es la fase que los norteamericanos designan como de “integración” y otros como de “síntesis”; d) lógicamente, concluye en una fase final de consolidación o fijación; en ésta, mediante ejercicio y repasos iterativos, se refuerza o fija ex profeso lo que se ha aprendido analítica y sintéticamente, hasta convertirlo en una adquisición definitiva de la mente del alumno.
Hay en esas fases múltiples superposiciones y vaivenes en un complicado encadenamiento dinámico de asimilación.
La esencia de “aprender” no consiste, por lo tanto, en repetir mecánicamente textos de libros ni en escuchar con atención explicaciones verbales de un maestro. Consiste, eso sí, en la “actividad mental intensiva” a la que los alumnos se dedican en el “manejo directo de los datos de la materia”, procurando asimilar su contenido. Esa actividad mental intensiva de los alumnos puede asumir las más variadas formas, conforme a la materia estudiada. Los alumnos están realmente aprendiendo cuando:
a) hacen observaciones directas sobre los hechos,
b) hacen planes y realizan experiencias, comprueban hipótesis y anotan sus resultados,
c) consultan libros, revistas diccionarios, en busca de hechos y aclaraciones; toman apuntes y organizan ficheros y cuadros comparativos;
d) escuchan, leen, anotan, pasan a limpio sus apuntes y los complementan con otros autores y fuentes;
e) formulan dudas, piden aclaraciones, suscitan objeciones, discuten entre sí, comparan y verifican;
f) realizan ejercicios de aplicación, composiciones y ensayos;
g) colaboran con el profesor y se auxilian mutuamente en la ejecución de trabajos, en la aclaración de dudas y en la solución de problemas;
h) efectúan cálculos y usan tablas; dibujan e ilustran; copian mapas o o los reducen o amplían a escala; completan e ilustran mapas mudos, etc.;
i) buscan, coleccionan y clasifican objetos;
j) responden a interrogatorios y tests, procuran resolver problemas, identifican errores, corrigen los suyos propios o los de sus colegas, etc.
Luis Alves Mattos. Compendio de didáctica general (adaptación)
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